domingo, 27 de abril de 2014

No sin mi Werlisa

Hola a todosss!!!!
La entrada de hoy esta dedicada a la primera cámara digital que cayo en mis manos...Werlisa. En realidad se la compró mi hermana y yo la heredé ;)
Recuerdo que pese a ser una cámara compacta de 2.1 megapixeles (alucinad....hoy la cámara de mi móvil tiene 5 megapíxeles, por no hablar de iphone que tiene hasta de 8), pero yo era feliz con lo que tenía entre mis manos, una cámara muy manejable y que hacía hasta vídeo.
Fue mi fiel compañera en infinidad de viajes como por ejemplo Mérida, Tarragona, Zaragoza, Toledo, Peñíscola....
Como una niña con un juguete nuevo iba plasmando ilusionada todas las cosas y momentos que quería inmortalizar para la eternidad, un amanecer, una escultura, una mirada entre una pareja de enamorados....A mis ojos las fotos que lograba esta sencilla cámara eran maravillosas, hoy en día cuando veo las carpetas en mi disco duro externo de aquellos viajes noto la diferencia brutal de calidad entre mi actual reflex y mi primera cámara. Por aquellos años de la Werlisa no conocía la existencia de programas de edición fotográfica, tales como Photoshop o Gimp etc....pero estaba orgullosa de mis fotografías, pese a tener una predominancia de grises o llamésmolo mejor, falta de saturación debido a la calidad de la cámara.
Mis padres no me prestaban especial atención, me dejaban detenerme, correr, perseguir, tumbarme y mil cosas mas para sacar una sola fotografía. Pantalones manchados de cesped, flores, empapados, y rajados han sido sufridores de mis posturas y ansias por buscar "la foto" perfecta.
Hoy en día sigo conservando mi Werlisa con cariño, porque pese a que fue sustituída por una Olimpus compacta, siempre será mi primera cámara digital y con la que empecé en serio en este mundo.
La fotografía que más me toca la fibra sensiblera de todas las que he hecho con Werlisa es la de un amanecer en la playa de Peñíscola. Soy de las típicas freaks que se levantan antes de que salga el sol y se va a la playa para sacar fotografías o simplemente deleitarme con las maravillas que nos regala la vida y que en la mayoría de ocasiones desperdiciamos.
Este viaje a Peñíscola fue un poco amargo, dos días antes acababa de perder a mi querida abuela y teníamos el viaje el mismo día del entierro...no me encontraba con fuerzas ni ganas de ir a la playa que tanto me gusta y apasiona, solo quería estar en Madrid y llorar. El viaje estuvo lleno de llamadas de condolencias, lo que se me hizo más duro aun y lo único en lo que podía pensar era en que ella ya no estaba a mi lado.
Intentamos esos días de vacaciones disfrutar de la playa, los paseos y los lugares turísticos, pero como yo no podía dormir y lloraba en silencio por las noches en el hotel, decidí un día salir a la playa aún de noche con mi cámara en mano....necesitaba calma, tranquilidad y poder despejarme de lo que me hacía sufrir tanto. Sentada en la arena mirando al horizonte esperaba la salida del sol, sola, en silencio y con alguna lágrima derramada sobre mis rodillas realicé una de las mejores fotografías que he hecho nunca con mi Werlisa de 2.1 megapixeles, la de un precioso amanecer. Cada vez que veo ésta fotografía me transmite un momento de paz, de calma, la calma que tanto necesitaba en ese momento, de liberación.....aún parece que puedo oír el ruido de las olas acariciar la arena en su movimiento de ida y venida.
Es por lo que me transmite esta fotografía y por las condiciones en la que la hice por la que es mi favorita y espero que os guste a vosotros.
No permitamos que estos momentos y maravillas que nos regala la vida, la naturaleza etc, queden velados por nuestros miedos, preocupaciones o tristezas, pues ningún amanecer es igual al anterior.
Un saludo a todos amigos!!!!!!! ;)

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